He elegido "Ser sacerdote: una (doble) vida apasionante" como título de esta entrada por que ese es el lema que ha elegido la Conferencia Episcopal para celebrar el día del seminario el próximo
19 de marzo. A juzgar por las aficiones de este 'tipet' a quien parece que le gusta el vino y las mujeres, sobre todo esto último, no podremos negar que al chico le gusta Living la vida loca.
Hasta ahora no le había prestado mucha atención a la foto pero me resulta un tanto divertida por dos motivos:
Primero por la manera en que mete 'pancha' el tío y saca pecho para aparentar que es de los que se apunta al gimnasio y además va regularmente.
La segunda cosa es el decorado. No he estado en muchas iglesias pero por las puertas de madera, la cortina y el armario tiene toda la pinta de ser la sacristía de una iglesia así que el tipo ha ido dejando un reguero de pistas para que lo pillaran.
La verdad es que este hecho no debería sorprender a nadie. Todo el mundo sabe que los hombres somos hombres y no somos tan diferentes de los animales como creemos. Los instintos primarios están ahí y reprimirlos solo hace que vivamos en un estado de constante lucha contra ellos y lo más probable es que la situación acabe descontrolándose de alguna manera.
Este tipo de actos (y algunos peores que prefiero no mencionar) siempre han existido y la iglesia ha hecho todo lo posible por taparlos y que el hecho no trascendiera a la opinión pública. Creo que es el momento que la iglesia se replanteé ciertas cosas porque la imagen que se crea de sí misma es un tanto hipócrita. ¿Pasaría alguna cosa dejaran que los sacerdotes eligieran libremente si se quieren casar? Posiblemente se evitarían espectáculos bochornosos como este.
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