Yo también quiero ser taxista

Nada más leer la noticia sobre la ley omnibus me vino a la cabeza el episodio de los Simpsons en Brasil, y concretamente (ver foto) la escena en que Homer y Bart se suben a un taxi sin licencia que resulta en el secuestro del propio Homer.

http://www.levante-emv.com/economia/2009/12/18/congreso-aprueba-ley-omnibus-liberalizacion-protestas-taxistas/661943.html

Tampoco debo sacar conclusiones precipitadas de todo esto pero así es como funciona mi cerebro, de vez en cuando hace asociaciones mentales que me dejan un tanto sorprendido.

De todas formas, ¿tienen razón los taxistas en sus quejas? pues la verdad sea dicha no lo sé, lo digo sinceramente, no lo sé. Posiblemente si algún taxista lee estas líneas le entrarán unas ganas tremendas de aplicarme la tarifa más cara posible la próxima vez que suba a su taxi, o simplemente cagarse en alguien de mi familia (lo más probable). Entiendo perfectamente la queja del colectivo porque a nadie le gusta que haya intrusismo en su trabajo y quieras que no se les supone profesionales de ello (aunque alguno quiera sacarse un sobresueldo a costa de los turistas).
Gracias a esta nueva ley cualquier persona que disponga de vehículo, imagino que dará igual si se trata de coche, furgoneta, moto o un rickshaw (ver foto) podrá convertirse en taxista y sacarse un sobresueldo los fines de semana o por la noche; eso sí, el vehículo debe ser blanco para que haya cierta uniformidad y el sector del taxi no parezca el arco iris.
Por tanto, ya he encontrado ocupación para las aburridas tardes de los domingos, me haré taxista y mañana mismo llevo el coche a un taller de chapa y pintura para que le den una capa de blanco.